Montalbetti con un cuchillo en la mano

Un poema de Mario Montalbetti, incluido en El cuatro está solo (Tusquets, 2023):

Cuando los dioses tenían cabezas de animales
todo era más fácil.
Un dios con cabeza de chancho:
uno podía entendérselas con eso;
uno podía vivir en los grandes espacios
que se abrían al lado del chiquero.
Luego se hicieron humanos y habitaron
entre nosotros. Y no supimos quiénes eran.
Andan, ahora, dicen, adentro, en nuestras almas,
donde nada es claro.

¡Ah! Dios,
a que no te haces hombre otra vez
y nos vemos a las 6 en la huaca

sin lenguaje

sólo con un cuchillo en la mano
y terminanos esto de una buena vez.

Y un comentario rápido: el gesto definitivo es luchar con Dios cuerpo a cuerpo, sin lenguaje. El lenguaje se alza como un gran enemigo a lo largo de toda la poesía de Montalbetti: es una trampa que hay que evitar, una bestia que hay que domar, un Padre que hay que matar. Montalbetti es un lingüista que hace poesía y un poeta que hace, dice, lingüistica por otros medios. Entiende muy bien que un lenguaje mejor es aquel que no se somete a las leyes que funda. Un lenguaje sin Dios. Por eso la lucha con un dios hecho de palabras es desigual. Por eso debe ser con un cuchillo en la mano.

Dios hecho hombre no es sólo una idea cristiana: es la antropomorfización de lo inefable, de lo sublime. El giro contemporáneo es el más confuso: los espíritus animales que un día fueron tan reales como un sacrificio ritual, se esconden ahora en el interior del "alma", "donde nada es claro". Ese escondite perfecto nos ha hecho perezosos, mansos ante Dios y ante el lenguaje, temerosos de lo desconocido. Montalbetti lo sabe y cada poema suyo es una lucha valiente con el lenguaje, en el espacio abierto al lado del chiquero.

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